Visita frustrante por falta de accesibilidad
Entorno antiguo y hermoso. Le fue adosada una moderna escalera metalica que cuenta con 46 escalones. Le podrían haber acoplado un simple montacargas para las personas de movilidad reducida.
Cero sensibilidad humana para quienes tenemos el derecho de ver arte igualque todos.
Pagamos las entradas . Mi esposo fotografió lo que pudo en las salas de arriba
La empleada de taquilla y el guardia no hablaron, fuera del cobro y de la retención de una botellita de agua (31°), absolutamente nada sobre el museo, ni se inmutaron que no pude subir a pesar de haber pagado la entrada. No hay folleteria de uso o guía, sólo catálogos a la venta.