No se puede ser más desagradable
Sitio mítico en Sevilla pero cada vez peor servicio y poca educación. La señora rubia y más mayorcita que está en la caja al yo preguntar el por qué no se podía pagar con tarjeta, me ha respondido a voces limpias y de forma muy desagradable "yo en mi casa hago lo que me sale del chichi y si no te gusta, ya sabes, coges el camino y te vas" (acompañado de una sacudida de palmas). Ha sido una reacción desmesurada, fuera de lugar y delante de mis hijos pequeños.
A esto le añadimos, el pescado cada vez más caro y el servicio pésimo...no puedes pedir de una vez bebidas, pescado y aliños...y pagar






