Unas estrechas callejuelas empinadas me llevaron directamente a la Plaza Mayor, donde se alza una moderna Casa Consistorial, justo enfrente de la Iglesia de Santa Eufemia. El edificio parecía ser bastante nuevo, pero tenía apariencia de mansión, en comparación con el resto de casitas que había en la plaza (catalogadas como "construcciones tradicionales"). Tiene una fachada de color blanco rematada en frontón, y dos alturas. La entrada está precedida de una galería porticada formada por cinco arcos que en la planta superior se transforman en balcones con balaustres de cemento.
Pereruela se encuentra a unos 15 Km de Zamora capital, en la comarca de Sayago, estando rodeada de parajes naturales de gran belleza como son los Arribes del Duero. El pueblo es muy conocido por su tradición alfarera.
En contraste con el moderno edificio del Ayuntamiento, se encuentra la iglesia parroquial, en la zona alta del pueblo desde donde hay unas buenas vistas de la comarca y de la carretera nacional. Fue construida sobre los restos de otra anterior, románica, y su aspecto actual es fruto de las reconstrucciones del año 1.800, por lo que hay una mezcla de estilos. De la época románica quedan parte del ábside y del campanario; en el XVIII se alargó la nave principal uniéndola con la torre.
Lo más llamativo es su magnífica espadaña y el pórtico lateral bajo el que se encuentra una bonita puerta con un arco algo apuntado que marca la transición al gótico. Pueden verse en la fachada los escudos de armas que de los primeros señores del lugar, Los Pereruela, y los posteriores Docampo-Sotomayor. En el interior hay varios retablos barrocos.
Si hay algo que caracteriza indiscutiblemente a la localidad zamorana de Pereruela es la alfarería, cuyo prestigio proviene ya desde la época romana. En el pueblo hay un lugar comunitario, llamado "las Barreras", donde los alfareros van a extraer el caolín, que luego mezclan con el barro que sacan de sus propios terrenos o fincas; la particularidad de este caolín es que tiene partículas de cuarzo y mica, por los que los objetos tienen una resistencia y cualidades refractarias los hacen únicos para el fuego.
Se realizan, de forma artesanal, todo tipo de ollas, cántaros, asadores de castañas, tinajas, vasijas, cazuelas, pucheros, platos asadores (para la carne a la piedra), e incluso hornos refractarios. Los alfareros del pueblo suelen tener un espacio en su taller destinado a tienda, donde el público en general puede adquirir cualquier tipo de "cacharro" de barro. Yo visité Alfarería Rosa, que se encuentra en la misma carretera general (os dejo unas fotos).
Horario: 9-14h y 16-20h. Incluso el domingo estaba abierto.