Una fachada espectacular para un servicio vacío
Entré en PANGEA con ilusión. El envoltorio es impecable: tiendas visualmente impactantes, promesas de viajes a medida y un branding que grita “experiencia exclusiva”. Pero tras rascar un poco la superficie, todo se desmorona.
Lo que parecía ser una agencia de viajes premium terminó siendo una sucesión de decepciones, descoordinación y una atención al cliente tan impersonal como torpe.
Y no, no soy el único. Vi los nombres de muchas de esas reseñas de 5 estrellas… empleados de PANGEA o sus parejas. Si tienen casi 200 trabajadores, hagan cuentas. Así cualquiera infla su reputación.








