Gonzalo Moreno
Un templo en León
Hay lugares que se notan distintos desde el primer minuto. No por una fórmula secreta, sino porque detrás hay verdad. La Karpintería, el pequeño gastrobar de Diego Franganillo y Sandra Puerto, es uno de esos sitios donde todo tiene sentido: la historia, el espacio, la cocina y hasta los horarios.
El local es diminuto, casi escondido, con apenas unas mesas y una barra que guarda más alma que muchos restaurantes con estrella. Cada detalle cuenta algo: la madera del antiguo taller del abuelo carpintero de Diego, las piezas metálicas de The Steel Studio, la vajilla pintada a mano por su madre... Aquí nada es decorativo, todo tiene raíz.
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