Terraza Hotel Eme

Un grupo de 10 amigos/as estuvimos en su estupenda terraza a mediodía, aprovechando el día nublado en Sevilla. Pedimos caipirinhas, que prepararon con "azúcar blanca"y mojitos con "gaseosa blanca"... Por los que pagamos 124,50 euros billetito tras billetito.
Al poco rato, llega una chica a la mesa y nos suelta -sin mediar palabra- una factura encima para que la pagaramos. Le aclaramos que ya habíamos pagado y, no muy conforme, se marcha. No habían pasado cinco minutos, cuando llega un chico de tupé y tras decirnos un escueto "perdonen", nos exige que paguemos una factura que empieza a leer en voz alta. Uno de nosotros se ofrece a acompañarle a algún lugar menos público para que, sin espectáculo, se pueda aclarar el equívoco. Pero él insiste y nosotros, ya en tono elevado, le repetimos que es la segunda vez que vienen y que esa factura no era nuestra porque nosotros ya habíamos pagado. Por primera vez, cuenta las copas de su factura y descubre que hay seis copas y que en nuestras mesas hay diez. Y sin mediar palabra se da media vuelta. Nosotros le preguntamos si habrá una tercera vez, a lo que responde en voz muy alta que él "ya había pedido disculpas".

Fui con mi mejor amiga, nos habían recomendado este sitio pero hasta que no pasamos unas 7 veces por ahí y de casualidad lo vimos no entramos.

La entrada está enfrente de La giralda pero no llama la atención. Subimos a la terraza a tomarnos algo y nos lo pasamos muy bien. Una noche muy agradable entre el vino las vistas el ambiente y el servicio.