Restaurante Sa Caleta

¡Sa Caleta me parece lo máximo! Llegar, encontrar tu rincón en la playa, nadar un rato, subir a comer riquísimo al restaurante (calidad precio perfecto) y volver a bajar a la playa a echar una siesta. Luego a la caída del sol, vuelves a subir y en la zona del chillout te tomas un batido natural de frutas o un rico mojito. ¡Plan perfecto!

Genial el pescadito fresco y los postres. No te puedes perder el café Caleta, flambeado con coñac, naranja, limón y canela.

Varios puntos a mencionar, todos ellos negativos:

- La carta ofrece una lubina, que puedes tomar como ración y la pides haciendo hincapié en ello, pero cuando te la sirven te traen una de tamaño descomunal de kilo y medio (obviamente para poder cobrarte el doble) y al reclamar el error en el momento, la camarera se transforma y, como poseída, comienza un agresivo lenguaje gestual que no necesita de palabras para mostrarnos su malísima educación.

- Pedimos dos raciones de pescado y nos las cocinan en la misma cazuela aun tratándose de distintas especies (una dorada y una lubina), argumentando que al pedirse ambas "al horno" para qué separarlas. Lamentable... Aunque las cocinen a la vez, podrían tener al menos la decencia de disimular y presentarlas en distintas cazuelas...

Una playa preciosa para disfrutarla sobre todo a primera hora de la mañana, cuando no hay nadie en la misma.

Pescado en mal estado, insípido y con amoniaco, mal tratado y cocinado.