Restaurante La Pinada

Se observa un lugar, tranquilo y acogedor. Inmerso en una pinada natural que proporciona una sombra,que es de agradecer, después de una generosa comida.
No os quedareis con hambre. Eso sí, hay que venir sin prisa. El servicio es muy atento, lo que hace que se te olvide la dilatada espera a la que has de exponerte, para recibir su atención. La paciencia para recibir los servicios de los camareros, estaría compensada, si en la cocina lo emplearan para no presentar algún plato poco hecho. Presentación que incita a recurrir nuevamente a la anterior mencionada paciencia. Esta amplia espera, dispensada por los camareros, y extrema rapidez en despachar los platos, por parte de la cocina, serían excusadas si no se diera la circunstancia de que cuantas más mesas terminan y marchan, más paciencia hay que aplicar.

Un lugar con encanto, confortable, carnes a la brasa realizadas con cepas y sarmientos.
Variedad de entrantes. Extenso surtido de arroces. Amplia bodega parcking propio comedor privado dos terrazas, parque infantil rodeado de pinos .

Ladrones te cobran 2 euros por 4 rodajas de pan. 4 personas un plato de patatas con dos Huevos fritos y la bebida, sin postres, ni café y nos han soplado 50euros. Vergonzoso

Buena carne a la brasa y arroces en una pinada maravillosa, sin calor. Precios normales. Unico inconveniente: los insectos.

Un local muy acogedor, las camareras muy amables y la comida buenísima. Las mejores chuletas que hemos probado la verdad. Y una tempura de verduras con salsa que estaban de muerte. Volvemos seguro.