Palacio y Museo de las Aguas

La historia de este impactante y extraño palacio es muy curiosa y habla de los sueños grandilocuentes de ciertos seres humanos. El palacio fue comenzado a construir en 1887, no con el objeto de albergar familias, pisos u oficinas, sino como fachada para contener nada más y nada menos que 72.700.000 litros de agua potable. En un exceso de ornamentación, las cuatro fachadas del edificio que ocupa una manzana están recubiertas con 170.000 piezas de cerámica y 130.000 ladrillos vitrificados importados de Inglaterra. Citando a un arquitecto contemporáneo muy reconocido de Buenos aires, al estilo francés del palacio parece habérsele agregado una gran dosis de divertimento.