La plaza principal de Praga, que a la vez es uno de los símbolos de la ciudad, es la Plaza de la Ciudad Vieja. Esta maravilla está rodeada por muchos de los edificios más emblemáticos de la ciudad como la Iglesia de Nuestra Señora de Týn o la Torre del Ayuntamiento, famosa principalmente por tener el archiconocido Reloj Astronómico que cada hora atrae a cientos de turistas. La Iglesia de San Nicolás es el otro imponente edificio que tiene la plaza central de Praga, y es nada menos que uno de los templos barrocos más espectaculares de Europa Central.
Hay muchas otras plazas famosas de Praga repartidas por los barrios históricos del centro, cada una con un encanto único. La Plaza Hradčany es una de las más populares debido a su ubicación a las puertas del Castillo de Praga, y sus calles adoquinadas y palacetes le dan un aire de cuento de hadas. La Plaza Malostranské, en el corazón de Malá Strana, es otra de las plazas más frecuentadas por los viajeros, ya que se encuentra en el trayecto que lleva desde el corazón de la ciudad hacia el castillo. Por otro lado, la Plaza de la República une la Ciudad Vieja y la Ciudad Nueva y en ella se localiza la Casa Municipal, donde se declaró la república a principios del siglo pasado.
Dejando atrás la Ciudad Vieja te encontrarás con la Plaza de Wenceslao, una preciosa plaza alargada y gobernada por la preciosa fachada del Museo Nacional de Praga y la estatua de Wenceslao en pose heroica al frente. Hay zonas ajardinadas en el centro donde te podrás sentar y los alrededores son una de las zonas más populares para para comer o ir de compras.