Campamentos de refugiados de Tindouf (Argelia)

En Semana Santa del 2008 y tras meses de duro trabajo recogiendo ropa, medicinas y diversos productos de primera necesidad, organizando conciertos y diversos eventos para recaudar fondos nos dirigimos con toda nuestra ilusión y ganas a los campamentos de refugiados de Tindouf, en el Sahara Occidental.
Nos encontramos un desierto desolador, donde vive gente de ninguna parte, arrancada su tierra y su identidad, solo les quedan sus grandes sonrisas, su generosidad, y sus ganas y empeño por recuperar aquello que un día les fue robado,su identidad,su tierra, su esperanza.

Fueron ocho días absolutamente inolvidables, que quedarán para siempre en nuestra mente y nuestros corazones.

He ido a los campamentos de refugiados en varias veces, todas ellas de cooperación.

He estado dando clases a niños y mujeres sobre la lengua castellana. Pero no es lo que haya podido aportar, es lo muchísimo que recibes.

Conocer otra cultura, otras personas, otra forma de vivir es increíble. Las personas que viven en los campamentos viven gracias a la ayuda humanitaria y ayuda de familias, vivir en esas condiciones es muy duro pero eso no es lo que muestra la población saharaui, siempre están ahí para ayudar, preparar el té, hablar.

Mi vida hoy no se concibe sin el sahara. ¿Qué tiene? TODO! AMOR, VIDA, COMPAÑÍA, LUCHA... lucha por la libertad.

Es un sitio donde volvería a ir para ver a mi familia de acogida, pero el precio me lo impide, y a pesar de su pobreza y necesidades no me importo no ducharme en muchos días o comer con las manos del mismo plato que ellos. Porque aprendí a que todo el mundo le viene bien ver la realidad de la vida.

Y después de casi 8 años todas las mañanas me acuerdo al ver que ese niño saharaui le estamos dando la oportunidad de tener una vida no mejor, sino mas cómoda y que en un futuro pueda darle a su familia biológica esa comodidad que el disfruta.

He compartido con vosotros vuestros días y noches, vuestra comida, vuestras cantares. He sido amigo y hermana. Me he sentido libre en tierra de nadie, prisionero de un mundo ajeno.